martes, 7 de mayo de 2013

CORAZÓN



Ahora se trata de cerrar los ojos y saltar este precipicio:
hoy que otoñece, hoy que atardece;
cerrar los ojos y arrojarme en tu cauce sanguíneo.
No habrá mañanas ni memoranzas si pestañeo y me sumerjo en ti,
así, desnuda y desamparada
depojada de mí misma
metamorfoseada en tu plasma
a través de años y distancias;
con los ojos bien cerrados, cómo quisiera:
de improviso viajar hasta tu lado
ver el mundo con tu mirada
y naufragar en ti,
corazón.