Traes cara
de Lluvia
Y no hay
sol que alcance a entibiarte las tripas.
Yo también
me congelo
pero al menos podré abrazarte hasta que seamos
un mismo hielo.
Y aunque no
haya tiempo que perder,
aunque se nos escape descaradamente,
aunque la muerte muerda
sin prisa, directo a la yugular,
ella es nuestra cómplice y pocos secretos nos
mezquina ya.
Qué importa lo bruto del
mundo si por eso existe la grandeza.
Si al menos
no hubirera tanto noticiario que enfermara el alma,
sería más simple desearte
un buen día hoy , amigo mío,
aunque pueda ser el último.
Pero sin miedo, porque
hemos reído y engendrado;
buceado el mar y mordido labios
envidiado y adorado
y odiado hasta
que las entrañas dan tregua,
hasta reunir las fuerzas para perdir perdón.
Finalmente todo torrente socaba su cauce:
¡qué piedad
la de lo insondable,
que nos permite
olvidar!
Pero no, no olvidamos:
que fue nuestra esta vida
de humanidad tatuada a fuego
Y que valió la pena
Aunque fuimos demasiado
breves,
justo
cuando conmenzábamos a entender
de qué
se trata
todo esto.
impresionante... me dejaste respirando profundo... y anhelando...
ResponderEliminar