Revélame tu boca y su manjar inevitable,
su dulce carne y todas sus palabras,
que hay días que necesito saber de sus misterios,
tenerla confidente, sentir su aliento tibio.
Si me confías tu boca la haré existir en mis yemas
y la multiplicaré en cada rincón del universo:
en el aire o en la tierra dibujaré de memoria
para envolverme entera con tu beso.
Si no hay sol brillarán tus labios,
si no hay luna, tu sonrisa;
comisura trémula por tormenta;
por atardecer, suave mordida.
Y si al cabo no se entrega esa tierna despiadada,
si se viste de mohines y se esconde en el silencio,
yo la guardaré lo mismo que a un tesoro imaginario
y la cubriré de versos que nadie nunca dijo.
lunes, 19 de agosto de 2013
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qué rico tenerte de regreso...
ResponderEliminarSaludos tb!