
No era una lágrima.
Era un columpio.
Una liana de agua
con que tomar altura.
Ves que me gusta
volar con las palabras
mecerme en ellas
quedar mojada
No fue una pena
la que me regalaste.
Fue un arcoiris
Insensata a veces, se repite. Gererosa otras, se comparte. Casi siempre mezquina, me abandona por siglos. Pero yo me tomo mi revancha y me abalanzo sobre ella y la exprimo y la torturo cuando puedo y la consuelo y la redimo acto seguido. Pues se trata de sobrevivir y la culpa es de mi código genético, no de esta poesía. No de esta canción antigua mía.
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